Philippe Starck: vida y obra de un diseñador singular

Genio para algunos, excéntrico para otros lo cierto es que Philippe Starck no deja indiferente a nadie. El mundo lo conoce por su innovación y su proyecto de decoración que solo puede definirse como “grandioso”, su trabajo para la cadena de hoteles del empresario Ian Schrager definen su estética “cool” e innovadora.

El diseñador nace un 18 de enero de 1949, ya desde su juventud sintió esa impronta pasión por el diseño. Probablemente la profesión de su padre (era diseñador de aviones) influyó en el carácter y la personalidad de Philippe. En los 60 se decide a matricularse en la escuela Nissim de Camondo de París. Con 30 años funda su propia empresa de diseño: Starck ProdutSe define a sí mismo como “un agitador político y social que decidió ser diseñador por casualidad”. Cuenta con una polifacética carrera que le ha llevado por medio mundo.

Starck será recordado como uno de los precursores del diseño emocional. Sus formas escultóricas aluden a los sentimientos humanos, logrando que sus objetos se conviertan fácilmente en obras que expresan y de funcionalidad. Casi como un poeta moderno, muta su profesión en cuestión de tiempo y espacio. Así en Bélgica, es productor de alimentos biológicos; en Holanda, arquitecto naval;  en Inglaterra, es diseñador y propietario de páginas de Internet, arquitecto y diseñador artístico; en Alemania, hace diseño industrial; en Italia, es ecologista y diseñador de muebles;  cuando se traslada a Francia, es director artístico de varias empresas, decorador y diseñador de lámparas, motocicletas o anteojos; en España, es arquitecto de museos y productor de aceite de oliva.

Los primeros trabajos importantes son de 10 años después de comenzar sus estudios. Así en 1978 decora Les Bains Douches y un año más tarde La Main Bleuedos clubes de referencia de la noche parisina. Aunque no es hasta 1982 que Philippe Starck obtiene su mayor reconocimiento, ese año el Presidente de la República francesa (François Miterrand) le encarga decorar sus dependencias privadas del Palacio del Eliseo.

Medio mundo puede presumir de haber conocido su obra, en Tokio trabajó como decorador de restaurantes, oficinas y residencias de particulares. En 1990 vuelve a Madrid para encargase del diseño del interiorios del restaurante-cafetería- discoteca Teatriz, un soplo de aire fresco dentro del aburrido panorama del diseño de las discotecas modernas de la capital. Participó activamente en a construcción del Groningen Musseum en los Países Bajos.

Sin embargo, fue la cadena de hoteles de Ian Schrager los que le catapultaron al olimpo del diseño de interiores: el hotel Delano de Miami, el Paramount, Royalton y Hudson de Nueva York; los hoteles St. Martin´s Lane y Sanderson, de Londres; el hotel Clift de San Francisco o el hotel Mondrian de Los Ángeles (Hollywood), han sido durante años la carta de presentación de Philippe. Junto con Ian Schrager creó lo que se llamó lobby socializing: una asombrosa e innovadora forma de plantear el diseño del vestíbulo de un hotel, que  entendido como un lugar importante de reunión para visitantes y huéspedes se convierte en un espacio en el que el diseño original, el aprovechamiento de la luz, los colores y la estudiada distribución de los espacios se unen para crear la sensación de encontrarse en un escenario.


Se le reconoce a la perfección por el lujo y la elegancia de sus hoteles, cuya pincelada elocuente ha llevado a infinidad de países y en 2004 aterriza en Argentina para diseñar el Faena Hotel de Puerto Madero, un lugar que rompe con todo lo establecido, un espacio único y asombroso.

Sus trabajos no terminan en la decoración, ya hemos dicho que le caracteriza una carrera polifacética, extensa y algo excéntrica. En los 90′ diseñó los más diversos objetos de su carrera. Desde asientos de tres patas, como la silla Costes, utensilios domésticos como el famoso exprimidor Juicy Salif , la tetera Hot Bertaa, hasta elementos altamente tecnológicos como el novedoso Arch Mouse de Microsoft y la antorcha olímpica para los juegos de invierno en 1992.

Diseño también motocicletas para BMW y Aprilia, a las que consideró el mejor ejemplo de minimalismo y funcionalidad.

Frente a una cultura de consumo que se expande por el mundo y que funciona según las reglas de la bolsa, Starck propone diseños comprometidos con la sociedad y el hombre contemporáneo. Diseños altamente humanos, en el que se expresan ideas, sentimientos y reivindicaciones. Como si se tratase de un cuento cada obra cuenta una historia, cada obra tiene una función y cada obra tiene un por qué.

Imágenes: ruartecontract, contemporist, diariodesing, archiexpo.

Fuente original: https://moovemag.com/2015/01/philippe-starck-el-disenador-que-deja-indiferente-nadie/

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